11 Dic A corazón abierto
Soy matrona desde el año 1987, última matrona formada en la Maternidad de Santa Cristina, primera Escuela de Matronas y primer Servicio de Neonatología de España. Esta institución se inaugura en 1924 como resulta de una necesidad socio-sanitaria y fruto de una sensibilidad femenina, la Marquesa de Silvela. En la maternidad existente hasta este momento en Madrid, La Maternidad de Mesón de Paredes, las condiciones de salubridad y la formación del personal dejaban bastante que desear lo que provocaba cifras de morbimortalidad tanto maternas como fetales muy altas.
Estas cifras que siempre han sido parámetro para valorar la calidad asistencial han ido mejorando espectacularmente aunque la perfección no la hemos alcanzado, seguimos teniendo complicaciones y malos resultados.
Según cifras publicadas en los anales de la Maternidad de Santa Cristina las cifras de mortalidad materna evolucionaron según muestra este gráfico
Y este otro refleja la evolución de la mortalidad fetal
Los partos se llevan a los hospitales, las mujeres salen de sus hogares y zona de confort pero el objetivo es mejorar la morbimortalidad materna y fetal.
Fidel Pagés, médico militar, comienza a aplicar la anestesia epidural publicando el primer artículo al respecto en la Revista Española de Cirugía en 1921. En 1942 se comienza a utilizar durante el trabajo de parto como herramienta de manejo del dolor. En 1960 el Dr. Aguirre de Cárcer introduce la sofrología en la preparación a la maternidad reforzando la relación madre-hijo. En 1998 en el Parlamento Español se aprueba la universalización de la analgesia epidural gratuita para el parto dentro del Sistema nacional de Salud siendo ministro Romay Beccaria lo que revoluciona la vivencia del mismo.
En la década de los noventa se unificó el término “parto humanizado“, enfatizando el protagonismo de la mujer, el bebé y la pareja durante el parto. Este término fue a mi criterio poco afortunado. Si hay que humanizar, ¿cómo lo hemos hecho hasta ahora? El sistema crea expectativas en las parejas no acordes con la oferta asistencial. Si puedes elegir siempre será más fácil que tu vivencia se corresponda a tus expectativas, si no puedes elegir es más posible la frustración.
Sin embargo se habla poco de la responsabilidad que tienen cada madre y padre en formarse y prepararse para el proyecto de la mater-paternidad y el sistema emplea pocos recursos en favorecer, incentivar y hacer posible esta preparación. Sin conocimientos es peligroso dar armas para poder decidir y tomar decisiones.
Seamos asertivos y desde la positividad exijamos más recursos no nos carguemos al mensajero.
Este será el tercer año que escriba mi carta a los Reyes Magos para mi puesto de trabajo:
.- Catalogación de ESPECIAL al Servicio de Obstetricia y Ginecología con lo que el personal que se contrata tendría una preparación y formación específica previa.
.- Habitaciones individuales para TODAS parejas asegurando una vivencia más íntima del parto.
.- Camas articuladas para el parto que permita parir en la misma cama que se dilata y adoptar diferentes posturas, como ya existen en otros centros públicos españoles.
.- Formación COACHING a nivel personal y como grupo de trabajo para reforzar el trabajo en equipo.
.- Coordinación con los equipos de Atención Primaria.
.- Ilusión, empatía y tolerancia.
Lo que me llama la atención es que en esta evolución llegue un momento que la morbimortalidad materno fetal deje de ser un parámetro que valora la calidad asistencial y lo que se exija es el cumplimiento de las expectativas de cada pareja.
Así comenzamos a oir utilizar el término violencia obstétrica, técnicas que eran consideradas de ayuda: fórceps, ventosas, espátulas, cesáreas, episiotomías pasan a ser consideradas violentas y los profesionales sanitarios que las practican se ponen en entredicho y son acusados públicamente. ¿Dónde queda la confianza en los profesionales?
En mis 34 años como matrona he vivido muchos partos, la mayoría preciosos, también he vivido malos resultados, estos nunca se olvidan, pero lo que sí he aprendido es que la vivencia del parto está íntimamente relacionada con la confianza en los profesionales. La actitud de desconfianza de la madre-padre-familia es un elemento distorsionante en el paritorio.
¿Hacia dónde vamos? Soy matrona vocacional, enamorada de mi trabajo, pero últimamente siento ganas de apearme y montar una mercería.
Dijo Pío Baroja en 1904
¨Si tuviéramos una idea clara y exacta de lo que hemos sido: si conociéramos nuestra historia sin leyendas ni ficciones, no sólo en periodos anormales, sino en el periodo normal de la vida, podríamos comprender fácilmente lo que podemos ser”.
Carmele